Soñé que corría por un sendero lleno de luz, con muchos arboles y mucho viento
Soñé que corría tan rápido que mis pies ya no tocaban la tierra
Volaba tan alto, estaba sola... Me sentí libre.
Desperté, me di cuenta que seguía en mi habitación. Fue deprimente.
Entonces llega siempre el momento donde entiendes que ''ciertas cosas'' deben de pasar para que te des cuenta del valor que tiene cada cosa, para que descubras y vivas por ti mismo la verdadera felicidad. Y una vez que la pruebas, sabes que todo ha cambiado.
Una vez que has sentido como tus sueños se vuelven realidad, como todos tus anhelos van llegando a ti, ya no hay vuelta de hoja, ya no te conformas con cualquier cosa porque ya nada puede compararse con lo que has vivido, sentido, tenido. Simplemente ya nada puede hacerte sentir igual...
Y eso me desespera.
¡Ya! Es suficiente, ¿Porqué rayos tengo que seguir con esto? Lo único que hace es terminarme de joder.
Creo que es el asqueroso resultado de todos los sentimientos que he estado guardando.
Tal vez es hora de dejar que salgan de mi, de no suprimirlos más.
Quiero gritar hasta cansarme, llorar hasta quedarme dormida... Quiero sentir el desahogo de una vez.
Pero todas las personas parecen no interesarse: Hablas y hablas, lloras y lloras; y por más que te escuchan, no entienden cómo te sientes, sólo se interesan en sus cosas, ni siquiera te ponen la más mínima atención. A todos ellos, sólo tengo una cosa que decirles: ''Váyanse a la fregada'' todos y cada uno de ustedes, hasta los que no hacen esto, hoy sólo quiero estar sola. Menos Dios, él puede quedarse.