lunes, 14 de noviembre de 2016

Arrullo espontáneo

-Aún así. Sin alguien en especial preferías escribirle a la nada
-yo me sentía sedienta de tus palabras

-Lo que sucede entre nosotros siempre será pasional, eso me lo quedo con recelo
-Incluso lo más triste o lo más hermoso. No puedo mostrarte lo que siento
-No quiero ver tu reacción y no quiero que te enamores de mí o de lo que escribo para ti

-Y tu nombre
-Dentro del pecho de este hombre
-Triste, va perdiendo vista de los colores
-Viste? Dicen que no percibe olores
  Pero cuando tú te acercas se nota que se resiste
-Uno ya no sabe escribir poemas
-Sólo escribe versos, dentro de unos esquemas
-Sólo mis palabras me comprometen conmigo
-Soy mi mejor amigo mi alma es mi enemigo
-Ya te digo, sigo con mi verborrea
-Hablando de más a ver quién se marea
-Contigo me distraigo y tengo mucha tarea

-Lo curioso es que te leo y el sueño está aquí, esperando su lugar

-Tengo miedo que nadie me corresponda
-Que mi enamorada por miedo a mí se esconda
  que todo lo que haga no sirva pa nada
  y que sólo escriba frases tristes sobre mi mirada
-Entiendes? Lo difícil que es verte porque me enciendes
-Ya no escribía nada por miedo a recordar
-Ya no recuerdo ese truco que tenía para olvidar

-Lo siento, tomé mucho de Schopenhauer
-Ahora juego sucio como el viejo Beckenbauer.
-El absurdo me tomó desprevenido
  te dio un fuerte abrazo y me dijo: "bienvenido"
-Escribo a solas, de sol a sol en deshoras
-Pero la soledad es mi corona

Final Feliz.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Agotada

Tus fuertes brazos me rodean,
Mi cabello se enamora de tus hombros;
Lentas palabras de consuelo caen sobre mi,
Sin embargo mi corazón no tiene descanso.

Porque sólo una cosa trémula queda de mí,
Que jamás podrá ser algo,
Salvo un pájaro de alas rotas
Huyendo en vano de ti.

No puedo darte el amor
Que ya no es mío,
El amor que me golpeó y derribó
Sobre la nieve cegadora.

Sólo puedo darte un corazón herido
Y unos ojos agotados por el dolor,
Una boca perdida no puede sonreír,
Y tal vez ya nunca vuelva a reír.

Pero rodéame con tus brazos, amor,
Hasta que el sueño me arrebate;
Entonces déjame, no digas adiós,
Salvo si despierto, envuelta en llanto.