jueves, 22 de noviembre de 2012

La felicidad no es una palabra... es una acción.


La felicidad humana no se logra con grandes golpes de suerte,
 ya que pueden ocurrir pocas veces
sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos. Consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar, en exigir mucho de sí mismo y muy poco de los otros, en saber apreciar lo que se tiene y no desear con exceso lo que no se tiene. No es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
 La felicidad es la certeza de no sentirse perdido.