Escuché alguna vez la recomendación de que por lo menos una vez, cada persona, debería obligarse a hacer un viaje solo. De esa manera se iba a ver en la necesidad de actuar por su cuenta y ser él mismo.
Yo siempre he sido un poco solitaria. No me molesta mucho estar sola en casa durante mucho tiempo, de hecho considero que ése es tiempo para mí, tiempo de calidad para mí. Me encanta. Pero de eso a ir a lugares sola... bueno, eso es diferente. No hay problema cuando se trata de hacer algún deber pero si es algo recreativo, bueno, preferiría perdérmelo. Me da pánico. Es normal ¿no? Bueno, ¿a quién le gusta no tener a alguien ahí para compartirle qué tal te está pareciendo todo?
La semana pasada vi a un viejo amigo y me invitó al teatro. Amo el teatro. Estarían presentándose varios números durante ésa semana y decidí ir. No conozco mucho pero me interesa conocer; como actriz (o intento de) a una le gusta apreciar el trabajo de alguien que tiene más experiencia e imitar, de igual manera imaginarse qué papel podría tener en la puesta en escena.
Últimamente no he estado muy bien. La semana pasada no estuvo muy bien, aunque bueno, pudo haber sido peor. Si no hubiese sido por el teatro me hubiera venido abajo muy cañón. La verdad es que no quería pensar mucho. En ésa misma semana se presentaban tres obras más y quería ir. Mi amigo había entrado a trabajar así que tenía que buscar otro acompañante. No lo encontré. Me perdí la del jueves.
Al día siguiente, viernes, era segundo día del mes. Casi lloro cuando veo el calendario. Tenía planeado salir con mis amigas para pasar el tiempo con ellas y no moqueando conmigo misma. Fue lindo aunque creo que no entendían cómo me sentía y yo no quería empezar a hablar de ello. Nos fuimos a casa temprano aunque yo hubiese preferido quedarme más tiempo.
Recordé la obra del viernes, no sabía si ir o no, pero válgame no podía negarme a eso. Me fui sola. Me atreví. Al principio me sentí nerviosa pero luego todo fluyo muy normal, no tenía porqué hacer tanto pánico ante eso. Disfruté estar ahí viviendo ése momento sola y haciendo mis propias conclusiones. Tomando lo que me tocaba tomar.
No creí que Sólo los giles mueren de amor me diera la oportunidad de experimentar tan placenteramente mi primera vez sola en el teatro.
Al salir sí, fue extraño, tenía tanto que comentar y nadie ahí para escucharme. Aunque había alguien... yo. Quería volver a hacerlo, volver a mi butaca y vivirlo una vez más. Y tendría la oportunidad al día siguiente. La verdad sí pensé en no ir pero sólo por una milésima de segundo pues sinceramente no quería perderme la siguiente obra: Atlas.
Hice todo temprano, estuve con mi mamá y llegada la hora me fui al teatro. Era mucha la inquietud de querer que iniciara la función y faltaba aún media hora.
Y la conocí. Una chica que también estaba sola esperando por la función, tuvimos una pequeña conversación en el museo pero luego se fue (no me hizo querer ir detrás para no estar sola, no me puse nerviosa). Al momento de entrar me guardó un lugar en primera fila, yo quería la tercera o la cuarta pero considerando la posición de las butacas (a una misma altura) me senté a su lado.
Fenomenal de nuevo (la experiencia, en sí la obra no me deslumbró tanto... buenos actores pero no había una gran conclusión).
Al terminar estaba por marcharme cuando ella me alcanzó en la puerta.
-¿Para dónde vas?-Me dijo casi en un susurro.
-Voy en esta dirección- le contesté señalando hacia la izquierda -¿Y tú?-
-También voy para allá pero mi camión va al lado contrario... ¿sabes si puedo tomar algún otro que me deje cerca de Laguneta?
-Sí, de hecho sí, el mío va para allá pero debes tomarlo enfrente de mi parada- aunque ya era tarde y no debería hablar con alguien que no conozco no quería que se fuera sola si no sabía a ciencia cierta dónde iba a subirse para llegar a su casa -Vente conmigo- le dije finalmente.
Mientras platicábamos me di cuenta que ella era mayor que yo tres años, que estaba estudiando medicina en la misma universidad que yo pero en diferente campus y que vivía con su mamá. Y ahí estaba yo cuidando de ella. Al decirle que soy estudiante de psicología se sorprendió y dijo que eso era lo mío, que me quedaba perfecto estudiarlo (es lo que muchos dicen y a veces es frustrante tener ése perfil de ''chica centrada''porque si en verdad supieran).
Al asegurarme de que se subiera a su camión puse mi música y me senté en la parada donde espero el mío después de la escuela. Pude verme en un flasback sentada ahí por horas y horas riendo y platicando. Fue nostálgico en ése momento pero ahora es tonto.
Estando ahí, en ése momento, esperando para llegar a casa me detuve a pensar en lo mucho que extraño ese día dos y que mis ganas de correr a decirle exactamente cómo me siento aumentaron en ése tiempo sola. Le extraño, indudablemente. Aunque sé que es casi imposible.
No lloré. No tenía ganas de hacerlo después de haber estado en el teatro, sólo estaba nostálgica.
Estaba sola conmigo misma y eso me hizo sentir bien. Atreverme a hacer algo que antes me daba temor me hizo sentir valiente, independiente.
Quisiera que supiera lo orgullosa que se siente su mujer de sí misma, aunque después de todo tengo que ser realista, ya no soy más su mujer.
Y me pongo a disfrutar de la noche, de cómo siento los cambios internos. Y me dan ganas de estar bien, quiero estar bien, después de todo me lo debo.