Antes no te importaba pero ahora actúas como si el mundo girara al rededor de eso.
¿Porqué no lo notaste antes? ¿Porqué hasta ahora le diste importancia?
¿Te sentías tan seguro en el pasado, tan seguro de que me tenías?
Necesitabas sentir que alguien podía moverme para darle el valor que tenían a las cosas. Que triste. Que triste que ahora que ya no estoy más a tu lado te des cuenta de todo lo que me querías y lo que significaba para ti. Que triste el haber desperdiciado tanto en peleas y berrinches sin sentido.
Y me dueles. Me dueles mucho.
Siempre ha sido lo que tú quieres. Siempre he hecho lo que tú me dices.
Tú has estado siempre por encima de todos, incluso por encima de mí.
Eres como un niño que se enoja cuando alguien más quiere jugar con su muñeca, la muñeca que él ha tenido meses guardada en el armario, con la que ya no pasa tiempo porque ahora tiene otras cosas más importantes qué hacer, la muñeca a la que ya no le presta atención. Y cuando alguien más se la presta pierde el control.
Sé cuál fue mi error. Todos lo sabemos ¿recuerdas?
Aún después de todo, decidí quedarme bajo tu silueta. Me decidí por ti. Olvidarme y ponerle un fin a todo, por ti. Decidí ser la chica que esperabas que fuera. ¡Qué tontería! Para ti ni importancia tenía lo que yo decidiera entonces, ya no importaba, tú sabías que no ibas a poder con eso y aún así me hiciste creer, me diste esperanza y yo, como la niña tonta que siempre he sido, te creí.
Y rompiste mi corazón por enésima vez.
Después de yo haber roto el tuyo.
Me dueles así como no tienes una idea. Siempre me has dolido. Todas tus acciones.
La manera en cómo me hacías sentir menos, como me comparabas sin darte cuenta, como me moldeabas cada vez más a lo que tú querías, sin tomarme en cuenta. Y yo lo notaba, pero estaba tan ocupada tratando de agradarte y complacerte.
Y para mi mala suerte alguien estaba ahí, haciéndome sentir especial, haciéndome sentir que le importaba, que yo era interesante sin adjudicarme nada más. Sólo yo. Lo que yo era, lo que yo soy, sin apariencias. Yo en mi esencia pura. Caí en eso, lo sabemos.
¡Maldita sea la hora en que dejé de pensar!
Pero aún así con todo lo nuevo que estaba sintiendo, lo confundida que estaba, volví a escogerte a ti. Porque no podía sentirme única nunca más, no sin ti. Mi devoción a ti era tan grande que quería que siguieras ahí, quería que siguieras siendo parte de mí. Y no porque te necesitara, sino porque quería necesitarte. Renuncié a todo de nuevo por ti.
¿Y dices que soy la ''fuerte''? ¿La fría y de los malos sentimientos?
¡Dime quién renuncia a eso y más sólo por una persona! ¡Decidí permanecer!
Porqué no nos hagamos ingenuos, yo todo lo humanamente posible te lo di. Te amé hasta los huesos y no puedes siquiera atreverte a negarlo.
Y me importa poco si nadie me cree, Ahora todos somos dignos de juzgar, claro.
No hace falta ver el resultado. A mí más de tres años me respaldan.